L Conté mis años y descubrí, que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante, que el que viví hasta ahora… Me siento como aquel niño que ganó un paquete de dulces: los primeros los comió con agrado, pero, cuando percibió que quedaban pocos, comenzó a saborearlos profundamente. Ya no tengo tiempo para reuniones …
Soy uno más anhelando el infinito, la verdad, la compasión. Uno más en esta infinita cadena de pasos pequeños. Pasos pequeños, inciertos y necesarios, necesarios de luz, de inmensidad, inmensidad de Dios, de ti, de mí. Una pequeña nada que a veces se avista todo y vuelve a ser nada. VTM
Qué cerca y qué lejos estás. Pareciera que es mentira y sin embargo es verdad. ¡Qué cosas tiene esto del amar! V.T.
Amo a los hombres y les canto. Amo a los jóvenes desafiantes jinetes del aire, pobladores de pasillos en las Universidades, rebeldes, inconformes, planeadores de mundos diferentes. Amo a los obreros, esos sudorosos gigantes morenos que salen de madrugada a construir ciudades. Amo a los carpinteros que reconocen a la madera como a su mujer …
Vivimos rodeados de ruidos, de bullicios. Vivimos huyendo del malestar. De nosotros mismos. Por eso estamos tan lejos, tan lejos de casa y nos sentimos extranjeros. El silencio es nuestro hogar, la casa común donde arribar
¿Qué cuántos años tengo? ¡Qué importa eso! ¡Tengo la edad que quiero y siento! La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso. Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso o lo desconocido… Pues tengo la experiencia de los años vividos y la fuerza de la convicción de mis deseos. ¡Qué importa …
Hazme soñar… ¡Soñar, Señor, soñar!… ¡Hace tiempo que no sueño! Soñé que iba una vez -cuando era niño todavía, al comienzo del mundo- en un caballo desbocado por el viento, soñé que cabalgaba, desbocado, en el viento… que era yo mismo el viento… Señor, hazme otra vez soñar que soy el viento, el viento bajo …
¡PERDÓN! ( ¡Oh, este viejo y roto violín! (1966) Soy ya tan viejo, y se ha muerto tanta gente a la que yo he ofendido y ya no puedo encontrarla para pedirle perdón. Ya no puedo hacer otra cosa que arrodillarme ante el primer mendigo y besarle la mano. Yo no he sido bueno… quisiera …
(Oh, este viejo y roto violín, 1966) Somos como un caballo sin memoria, somos como un caballo que no se acuerda ya de la última valla que ha saltado. Venimos corriendo y corriendo por una larga pista de siglos y de obstáculos. De vez en vez, la muerte… ¡el salto! Y nadie sabe cuántas veces hemos …
Hazme una cruz sencilla, carpintero… sin añadidos ni ornamentos… que se vean desnudos los maderos, desnudos y decididamente rectos: los brazos en abrazo hacia la tierra, el astil disparándose a los cielos. Que no haya un solo adorno que distraiga este gesto: este equilibrio humano de los dos mandamientos… sencilla, sencilla… hazme una cruz sencilla, …